Ir al contenido principal

IMPULSIÓN

Recorrió esos lugares que un año atrás, eran de los dos. No sintió angustia, sintió pena y alegría. Pena de haber creído que eso era amor y alegría de saber que no se equivocaría más.
Pasó por ese parque y vio cómo, la hamaca que alguna vez colgaron entre esos dos árboles, ahora le atravesaba el pecho como un recuerdo más. Se sintió bien y supo que no iba a llorar, ya no.
No lo iba a hacer porque ya no tenía el miedo que vivió ese día, cuando él se enojó por la admiración incansable de ella. La sobrepasaban y la sacaban de sí las ganas de retratarlo en cada rutina, en cada gesto.
En cada beso.
Por todos esos besos que ya no le iba a dar, es que quería una foto suya. Y él se enojó. Era así de impulsivo siempre. Triste, Ana se acostó en la hamaca como si nada pasara y lloró en silencio. Siempre tardaba en darse cuenta que ella estaba mal. Le dio consuelo y todo siguió igual, como siempre. Excepto que esta vez, para hacerla sentir más (in)feliz, le dejó otro recuerdo. Hicieron el amor así, entrelazados con brazos y tela, a orillas del río. ¡Y después exigía que no lo quisiera tanto!
Sentía que no lo podía amar más de lo que ya lo hacía, pero lo hizo. Todos y cada uno de los días que pasaron desde ese momento, hasta año nuevo, lo amó tanto, que dejó todo por él. Se dejó a ella misma, por nadie.
Por eso supo, cuando la dejó, que no quería verlo nunca más.
No pudo y por dos meses, sumó recuerdos a su corta vida. Algunas meriendas, un helado, unas cervezas y  pizzas. Más noches de (des)amor. Tan juntos, tan entregada. Él, tan lejos de quererla.
Un día entendió a la fuerza que hacía rato no estaban juntos. Sola, no podía manejar un bote con dos remos. Seguía inmersa en el círculo vicioso de lo que creía amor.
Tomó coraje y más a la fuerza aún, se obligó a alejarse.
No lo odió, ni lo hace aún. No lo va a hacer, porque ella sí sabe amar.
Se entregó y dejó tanto por esa relación, que comenzó a dar todo por su propia vida.
Y se amó tanto, que entendió que llorar por él, colgado del árbol que sostenía la hamaca, enojado porque le sacó una foto, sólo la llevaría al pasado.
No dejó de ponerse a prueba y pudo más que dejar de amarlo. No se olvidó de nada, ni quiere hacerlo. Comprendió que puede todo lo que se proponga.

Y se propuso ser presente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

AGOTADA

AGOTADA estoy, porque siempre me apesadumbra la idea de lo malo que pueda llegar a pasar Que me pase todo junto porque no aguanto más HARTA de no poder resolver de antemano lo que sé que va a pasar. Y quizás pasa porque esa energía que maneja el miedo, hace que sucedan las cosas que más tememos. De repente me siento bien de nuevo y quiero escribir. Me gusta mostrarme cuando estoy bien No me gusta escribirme cuando estoy mal. Me siento adolescente suicida. Sin prejuicio de todo lo que implica juntar esas dos palabras. Fui adolescente y también lo pensé. Quitarte la vida a veces sería una buena solución hasta que descubrí que si lo hacía, ¿cómo lograría todo lo que tengo pensado? Y ahí es cuando agradezco estar VIVA Empiezo de nuevo y escribo, me hallo y me gusto Me busco y me mimo me libero, escribo. Otra vez un detalle, porque ya no quiero llamarlo problema. Un detalle que hace que mi día esté apagado y que cada vez que intente, dentro...

La vida es quebradura constante

Y ni siquiera sé bien si es la palabra que define lo que quiero decir, pero me refiero a esas situaciones en las que justamente no podes poner en palabras lo que te sucede, todo eso que tanto te molesta y no porque quieras pasarla mal. Muchas veces nos pasan cosas que no deberían pasarnos. Muchas veces me pasan cosas que no sé cómo manejar. Situaciones en las que entiendo a los demás, que no voy a enfrentarme ni generar rispideces porque toda persona tiene sus razones para actuar como lo hace. Pero hay algo que se genera en mí que intenta responsabilizar al otro en cierta manera, de todo lo que no puedo, por una acción externa. Como si de alguien más, además de mí, dependiera mi vida, las decisiones que tomo y lo que quiero hacer. Como si no fuera mi absoluta responsabilidad no poder decidir qué hacer frente a ciertas situaciones. Todo lo que podía pasar que me hiciera tanto daño, ya pasó. Cosas que creí que nunca viviría, las viví. Realmente creo que si vuelve a p...

BASTA DE TODO

Dije basta y ya no más. No siento que deba algo, que haya algo por resolver, ¿Que tengo cosas por cambiar y temas por conversar? puede ser. Pero basta. Ya no soy responsable de los problemas que no tienen solución. Si no tienen solución, no existen para mí. En esta nueva forma de vida que elegí, que decidí para ser feliz, no va a entrar nada que no me sume. Y si no me suma hablarte, no lo hago. Si no me suma verte, me alejo. Si me suma, va conmigo. Va conmigo todo lo que me haga bien y quiero agradecerte a vos, a quien siempre creyó en mí, aunque tantas veces lo ocultaste. Cuántas veces por miedo, por prejuicios o alguna traba que creías imposible de quitar, no me aconsejaste como debías. Pero aún así, estabas ahí, al lado mío escuchándome, dándome un hombro para llorar y una mano por besar, unos brazos por abrazar y una sonrisa para disfrutar. A vos que nunca me dejaste sola. En los peores momentos, en los mejores, pero sobre to...