Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2018

Que naranja sean mis alas

Por esta vista es que lo pienso, por este cielo es que me escapo. Por ese aire puro que se disfraza de hollín es que necesito irme de la ciudad. Por un color naranja, de atardecer tan vivo, que un edificio me tapa parcialmente, es que prefiero irme a donde sea que pueda contemplar la máxima maravilla del mundo, en su completitud más plena. Donde sólo existan nubes o estrellas que se dibujen en el cielo, no recuadros e inventos, que con sus manos el hombre nos regaló. Que manera más extraña de querer vivir los invadió a aquellos que primeramente decidieron edificar, y así destruir la naturaleza entera. A mí no me vengan con civilizaciones avanzadas. De civilización es poder disfrutar, sin arruinar, lo que el mundo nos ofrece; es poder ver sin interrumpir, una estela de colores que marcan que el planeta sigue girando. Un planeta tierra que está devastado. Que no da más y nos lo dice, pero nos cuesta tanto escucharlo. Porque preferimos escuchar los motores rugir

La vida es quebradura constante

Y ni siquiera sé bien si es la palabra que define lo que quiero decir, pero me refiero a esas situaciones en las que justamente no podes poner en palabras lo que te sucede, todo eso que tanto te molesta y no porque quieras pasarla mal. Muchas veces nos pasan cosas que no deberían pasarnos. Muchas veces me pasan cosas que no sé cómo manejar. Situaciones en las que entiendo a los demás, que no voy a enfrentarme ni generar rispideces porque toda persona tiene sus razones para actuar como lo hace. Pero hay algo que se genera en mí que intenta responsabilizar al otro en cierta manera, de todo lo que no puedo, por una acción externa. Como si de alguien más, además de mí, dependiera mi vida, las decisiones que tomo y lo que quiero hacer. Como si no fuera mi absoluta responsabilidad no poder decidir qué hacer frente a ciertas situaciones. Todo lo que podía pasar que me hiciera tanto daño, ya pasó. Cosas que creí que nunca viviría, las viví. Realmente creo que si vuelve a p

BASTA DE TODO

Dije basta y ya no más. No siento que deba algo, que haya algo por resolver, ¿Que tengo cosas por cambiar y temas por conversar? puede ser. Pero basta. Ya no soy responsable de los problemas que no tienen solución. Si no tienen solución, no existen para mí. En esta nueva forma de vida que elegí, que decidí para ser feliz, no va a entrar nada que no me sume. Y si no me suma hablarte, no lo hago. Si no me suma verte, me alejo. Si me suma, va conmigo. Va conmigo todo lo que me haga bien y quiero agradecerte a vos, a quien siempre creyó en mí, aunque tantas veces lo ocultaste. Cuántas veces por miedo, por prejuicios o alguna traba que creías imposible de quitar, no me aconsejaste como debías. Pero aún así, estabas ahí, al lado mío escuchándome, dándome un hombro para llorar y una mano por besar, unos brazos por abrazar y una sonrisa para disfrutar. A vos que nunca me dejaste sola. En los peores momentos, en los mejores, pero sobre to